Estefanía y Carlos celebraron su boda en la Finca Condal Vega Grande, en Gran Canaria. Fue un día con las emociones a flor de piel, durante los preparativos. Como viene siendo habitual, todos estaban tranquilos y disfrutando de esos momentos previos. Pero al llegar a la ceremonia, una serie de imprevistos hizo que los nervios y alguna lagrimilla apareciera, y es que, que el coche de la novia se estropee y haya que ir a rescatarla, que el novio casi se tropiece y caiga, que el velo se caiga dos veces al entrar en la iglesia por culpa de un viento insufrible, pueden poner a prueba hasta los nervios más templados… Afortunadamente, todo se quedó en anécdotas y el buen humor de esta pareja hizo que disfrutaran de ese día, junto con todos sus familiares y amigos que no dejaron de sorprenderles con coreografías divertidísimas y apoyarles en todo momento.
Muchísimas gracias por elegirme para ser la fotógrafa de su boda, hacerme sentir como a una más, y tratarme con tanto cariño, no sólo ese día, sino antes y después.